Omán, la joya de Oriente Medio

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Omán es un territorio enigmático y fascinante. Sus mágicos oasis, rodeados de dunas rocosas, le dan vida a sus desiertos infinitos. Enamórate de sus majestuosos palacios de mármol, mezquitas y cúpulas doradas. Descubre las costumbres y tradiciones milenarias que guarda la joya desconocida de Oriente Medio.

Más austera que sus ostentosos países vecinos, Omán no cuenta con modernos rascacielos ni lujosos centros comerciales. Sus habitantes han mantenido un fuerte sentimiento de pertenencia, identidad y orgullo y, al mismo tiempo, continúan siendo una sociedad cálida y amigable con los visitantes.

La geografía omaní se caracteriza por la presencia de wadis, que son cuencas o canales de agua naturales que permanecen secos durante gran parte del año. Los wadis, juntos con los oasis y las plantaciones de árboles frutales, componen un paisaje menos árido del que podríamos imaginar.

Mascate, la capital, se encuentra enclavada en la costa oriental de la península arábiga y tiene cerca de un millón y medio de habitantes. Allí se sitúa la Gran Mezquita, una deslumbrante obra maestra de la arquitectura islámica. Sus paredes son de piedra arenisca y mármol. La enorme alfombra persa interior de una sola pieza, elaborada a mano por 600 tejedoras, fue en su momento la alfombra más grande del mundo, hasta que la Gran Mezquita de Abu Dhabi le robó el trono. Bajo su imponente cúpula dorada pende una lámpara de araña engarzada en oro de 24 quilates y cristales Swarovski. Mide catorce metros de alto (unos cinco pisos), pesa alrededor de nueve toneladas y está iluminada por más de mil bombillas halógenas.

Gran mezquita, Mascate

Aromas de incienso

El puerto de Mascate, vibrante y bullicioso, es el centro de la vida urbana de la capital. Allí se encuentra el zoco de Mutrah, que además de especias y lámparas, ofrece una gran variedad de alfombras, piezas de joyería y utensilios de cobre. Por sus estrechos pasillos se pueden percibir los aromas de inciensos de olíbano, una resina que se extrae de los árboles de Boswellia que habitan la región y que los antiguos egipcios llamaban el «sudor de los dioses».

El comercio de este insumo fue durante muchos siglos una de las actividades comerciales más importantes del mundo antiguo y medieval. Además de ser utilizado como perfume y repelente de insectos, el olíbano era conocido por sus propiedades curativas. Se empleaba como tratamiento para el asma y como remedio contra dolores menstruales, infecciones de garganta e incluso cáncer de piel. Omán produce el olíbano más fino y más caro del mundo.

Mascate, capital de Omán

Entre zocos, dátiles y palmeras

A 150 kilómetros de Mascate se encuentra Nizwa, la antigua capital y segunda ciudad más poblada de Omán. Aquí podremos visitar su imponente fortaleza, rodeada de altísimas palmeras y cadenas montañosas. Además, podremos pasear por su conocido zoco, entre puestos de frutos secos, artesanías de barro y especias.

Nizwa se encuentra en un punto de intersección por el que frecuentemente transitaban caravanas de camellos y esclavos trasladando mercancías a través del desierto de Arabia, con destino a los imperios egipcio, babilónico, griego y romano. Por ello, se convirtió en una región rica y próspera, donde se le otorgó un impulso importante al desarrollo de la educación, la religión y el arte. El símbolo de aquella época de gloria es su histórico fuerte, construido a lo largo de 12 años por orden del Sultán Bin Saif Al Yoruba. Se finalizó a mediados del siglo XVII y fue restaurado en los años 90.

Fortaleza de Nizwa

Un viaje a Omán es un viaje a través de las leyendas y tradiciones más auténticas del mundo árabe. Piérdete en sus callejuelas cargadas de historia, entre deslumbrantes mezquitas y fortalezas de color ocre. La tierra del incienso nos espera para sumergirnos en sus infinitos desiertos, cadenas montañosas y escarpados cañones.

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