La Ruta de la Seda fue una red de caminos comerciales que conectaban el este de Asia con el Mediterráneo, facilitando el intercambio de bienes, cultura y conocimiento. La ruta se extendía a lo largo de miles de kilómetros, atravesando Asia Central y Occidental, y desempeñó un papel fundamental en la difusión de ideas, religiones y mercancías entre Oriente y Occidente durante siglos.
Xian, China
La Ruta de la Seda unió China con Occidente, transportando no solamente bienes, sino también cultura, arte, ciencia o incluso religión entre dos grandes civilizaciones como fueron Roma y China. Xian es el punto de partida histórico de la Ruta de la Seda. Esta ciudad, conocida antiguamente como Chang’an (Paz Eterna), albergó las casas reales de las dinastías Zhou, Qin, Han y Tang.
Xian delimita el extremo oriental de la ruta comercial. La antigua Chang’an era el lugar al que acudían los comerciantes para obtener textiles chinos y comerciar con ellos en los países de Europa y Oriente Medio.
Los guerreros de terracota fueron encontrados en Xian. Se trata del famoso ejército del primer emperador chino, Qin Shi Huang, una colección de estatuas de terracota que representan guerreros y caballos, y que estuvieron ocultos bajo tierra durante 2 mil años.
Samarcanda, Uzbekistán
Samarcanda es una de las joyas de la Ruta de la Seda. Cuenta con impresionantes edificios históricos, mezquitas y mausoleos, como la Mezquita de Bibi Khanum y el Mausoleo de Gur-e-Amir. En 2001, Samarcanda fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La Plaza Registán se encuentra en el corazón de Samarcanda y está rodeada de tres grandes madrasas o antiguos centros de enseñanza del Corán. Los enormes portales, torres y cúpulas cubiertas de mosaicos turquesas engalanan la plaza.
Además, en un viaje a Uzbekistán podremos conocer otras dos ciudades que formaban parte de la Ruta de la Seda: Khiva y Bujará.
Shiraz, Irán
La Ruta de la Seda pasaba a través del antiguo territorio iraní. Shiraz, en el suroeste del país, era un punto de partida para las caravanas que se dirigían hacia Persia Central y Asia Occidental. En Shiraz, puedes visitar lugares históricos como la Mezquita Nasir al-Mulk y el Bazar Vakil.
Isfahán, en el centro de Irán, era una parada crucial en la Ruta de la Seda. El área alrededor de la plaza Naghsh-e Jahan (también conocida como Imam Square) era un importante centro comercial y cultural en la ruta. Puedes visitar la Mezquita Sheikh Lotfollah, la Mezquita del Imán y el Palacio Ali Qapu en esta área.
Puedes finalizar tu viaje en Teherán, la capital de Irán, donde puedes explorar la historia y la cultura persa, visitar el Museo Nacional y el Gran Bazar.