Los encantos de Japón a lo largo del año

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Japón ofrece experiencias únicas e impresionantes a lo largo de todo el año. El país nipón cuenta con cuatro estaciones perfectamente definidas y diferenciadas entre ellas: primavera, verano, otoño e invierno. Cada una corresponde a unos meses específicos y tiene sus propias características, ventajas y encantos que la convierten en una época ideal para visitar el archipiélago. A continuación te explicamos lo mejor de las distintas estaciones del año para que puedas organizar tu próximo viaje a Japón.

Primavera

La primavera es, sin duda, la estación más popular para viajar a Japón. Esta temporada comprende los meses de marzo a mayo, una época donde las temperaturas son frescas y agradables, oscilando entre los 10 y los 20 grados.

La característica principal de la primavera japonesa son los cerezos en flor. La floración de estos árboles, conocida como “sakura” en japonés, es uno de los momentos más esperados y representativos del país. El proceso de florecimiento suele darse en épocas distintas, según la región, avanzando del sur hacia el norte.

Durante la primavera, las delicadas flores de los cerezos tiñen de tonos rosados las principales ciudades de Japón. Kioto, en la parte central del país, es uno de los lugares más populares para el “hanami —la contemplación de los cerezos en flor—. La capital japonesa, Tokio, también destaca por sus extensos parques de cerezos, como el Parque Ueno, donde las personas se reúnen para admirar las flores y disfrutar de un pícnic en compañía de sus seres queridos. El Castillo de la Garza Blanca, en Himeji, también se convierte en un paisaje impresionante durante la primavera.

Castillo de Osaka con los cerezos en flor.
Castillo de Osaka con los cerezos en flor.

Verano

El verano en el archipiélago japonés se extiende desde junio hasta agosto. Durante estos meses, los días son más calurosos y húmedos, con temperaturas que pueden llegar a superar los 30 grados.

A pesar del calor, el verano es una estación vibrante y llena de festividades, conocidas generalmente como “matsuri”. Los numerosos festivales permiten a las personas disfrutar de la cultura, la música, la comida y las celebraciones únicas, lo cual convierte el verano en una estación ideal para descubrir la cultura japonesa en su máximo esplendor.

Una de las festividades más destacables es el Obon. Se trata de una celebración de origen budista que tiene lugar a mediados de agosto. Durante estos días, millones de japoneses regresan a sus ciudades natales para reunirse con su familia y rendir culto a sus antepasados difuntos.

Durante estos meses, las zonas costeras del país se transforman en un destino encantador. Por ejemplo, la península de Izu o la isla de Okinawa, ofrecen hermosos paisajes, con aguas cristalinas y playas paradisíacas. Además, en Kioto, el festival de Gion atrae a visitantes de todo el mundo.

Isla Ishigaki, en Okinawa.
Isla Ishigaki, en Okinawa.

Otoño

El otoño es otra de las temporadas más populares para viajar a Japón. Desde septiembre hasta noviembre, el clima es más fresco y los paisajes empiezan a cambiar de color, tiñéndose, poco a poco, de tonos ocres.

Una de las características más inconfundibles del otoño nipón es el follaje de los árboles. Esta estación destaca porque las hojas de los árboles se vuelven rojas y amarillas, lo que se conoce en japonés como “momiji”. Este fenómeno es un proceso de lo más impresionante, que atrae tanto a turistas como a locales.

Durante el otoño, las montañas, los parques y los bosques de Japón se convierten en destinos ideales para disfrutar de los colores de la temporada. Una de las atracciones más populares durante esta época son las rutas de senderismo, como las de los Alpes japoneses, que regalan paisajes espectaculares. Además, Nara también es un lugar idóneo para disfrutar de los cálidos colores del “momiji” junto a los centenares de ciervos que alberga. Las vibrantes tonalidades de Nikko en otoño también son una experiencia inolvidable para cualquier viajero.

Árboles con tonos rojizos y ocres en el castillo de Kanazawa.
Árboles con tonos rojizos y ocres en el castillo de Kanazawa.

Invierno

A pesar de ser la estación menos conocida para viajar a Japón, el invierno es una de las épocas más impresionantes del año. Durante los meses de diciembre a febrero, las temperaturas bajan y gran parte del país queda cubierto bajo blancos mantos de nieve.

El invierno japonés destaca, especialmente, por sus encantadores y mágicos paisajes. Durante esta época, las regiones del norte del país y las zonas montañosas se convierten en auténticos paisajes de cuento, y las estaciones de esquí abren sus puertas para que las personas puedan disfrutar de sus deportes de invierno favoritos.

Si quieres vivir una experiencia única, no dudes en optar por un viaje a los Alpes japoneses en invierno. Además, esta época también es una de las mejores para admirar el Monte Fuji, cuya imponente cumbre se tiñe de blanco. Los árboles de las montañas Zao, en Yamagata, quedan cubiertos por una gran capa de nieve, transformándose en un ejército de monstruos de nieve.

Monstruos de nieve en las montañas Zao.
Monstruos de nieve en las montañas Zao.
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