Túnez es una tierra enigmática donde se combinan desiertos escarpados, ruinas romanas, ciudades sagradas y playas mediterráneas.
En un viaje a Túnez puedes explorar dunas doradas en el desierto del Sahara tunecino o refrescarte en las aguas turquesas de la costa mediterránea en ciudades como Sidi Bou Said, Monastir o Sousse.
Desiertos infinitos
Tozeur es una ciudad situada al borde del desierto del Sahara. Está rodeada de grandes oasis, desiertos y palmerales llenos de dátiles. Tozeur es conocida por su arquitectura tradicional, con edificios de barro y techos de palma. Alberga mercados tradicionales que ofrecen una visión de la cultura tunecina.
Chott el Jerid es un gran lago salado o salina cerca de Tozeur. Su paisaje lunar y el color rojizo de sus aguas lo hacen un lugar especial. Se trata de una extensión de agua estacional que se llena durante la temporada de lluvias y se seca durante los meses más secos.
Oung Jemel es una impresionante zona desértica donde se grabaron algunas escenas de la icónica saga de Star Wars. Su paisaje rocoso y dunas de arena dorada simulan planetas lejanos.
Matmata es un pueblo del sur de Túnez conocido por su paisaje lunar y sus “casas trogloditas”. Estas casas están construidas en pozos excavados bajo la tierra y se utilizan para mantenerse frescas en un clima desértico extremadamente caluroso.
Ciudades sagradas y ruinas milenarias
Kairouan es una de las ciudades más antiguas y sagradas de Túnez, famosa por su patrimonio religioso y arquitectónico, con calles estrechas y una medina bien conservada que alberga bazares y talleres de artesanos. Su gran mezquita Sidi Uqba es una de las más veneradas del mundo musulmán.
Otro lugar que no debes dejar de visitar es el monumental anfiteatro romano de El Djem, uno de los edificios romanos mejor conservados del mundo. Este coliseo fue construido en el siglo III y podía albergar a más de 30 mil espectadores en su apogeo.
Ciudades mediterráneas
Sidi Bou Said es un acogedor pueblo de artistas de casas escalonadas azules y blancas. La ciudad es un destino turístico muy popular debido a su belleza escénica, tiendas de artesanía y cafés con terrazas con vista al mar.
Monastir destaca por su clima cálido y por su impresionante Ribat, una fortaleza islámica defensiva del siglo VIII. El Ribat consta de torres de vigilancia, una mezquita y un patio central, desde donde se pueden disfrutar de vistas panorámicas al mar Mediterráneo.
Sousse o Susa está bañada por el mar Mediterráneo y por el golfo de Hammamet. Su antigua medina, declarada Patrimonio de la Humanidad, cuenta con estrechas calles empedradas y bazares tradicionales donde perderse. Las playas de Sousse son famosas por sus aguas cristalinas y arena dorada.
