En el corazón de Sudamérica, protegido entre la imponente cordillera de los Andes y las aguas del Pacífico, se encuentra el Desierto de Atacama. Un lugar enigmático que desafía nuestra imaginación y despierta la curiosidad de cualquier viajero. Sus paisajes casi marcianos son pruebas indudables de su clima árido. Desde los vastos valles lunares hasta sus majestuosos volcanes, el Desierto de Atacama cuenta con un horizonte que parece sacado de otro mundo. Este desierto es mucho más que un mar de arena y roca. Es un lugar de contrastes, un imprescindible que no puedes perderte en tu próximo viaje a Chile.
Ubicación y extensión
Situado en la parte norte de Chile, el Desierto de Atacama limita con Bolivia y con Argentina. Es uno de los desiertos no polares más extensos del mundo y tiene una superficie de unos 105.000 km², por lo que ocupa gran parte del territorio del norte del país.
Esta meseta desértica se extiende a lo largo de más de 1000 kilómetros por la costa del Pacífico. El desierto ocupa parte de Atacama –además de otras regiones–, uno de los principales puntos de partida para las salidas hacia la Isla de Pascua.
Clima extremo
El Desierto de Atacama destaca por ser el segundo lugar más árido del planeta, después de los valles secos de McMurdo, en la Antártida. En otras palabras, es uno de los lugares con menos precipitaciones en todo el mundo.
Además, este desierto también se caracteriza por ser el lugar con mayor radiación solar en la Tierra. La falta de nubes, humedad y precipitaciones en el Desierto de Atacama hace que los rayos solares alcancen su máxima intensidad en esta región.
Eso hace que el clima sea muy extremo, llegando a temperaturas muy altas durante el día, y muy frías durante la noche.
Paisajes de otro mundo
El Desierto de Atacama destaca por sus espectaculares paisajes que desafían la imaginación. Encontramos valles áridos e impresionantes salares, como el Salar de Atacama.
El desierto limita al este con los Andes, creando un horizonte sobrecogedor. Los glaciares, las lagunas y los picos nevados andinos crean un contraste único con la aridez del desierto.
Además, esta región alberga numerosos volcanes, activos e inactivos, y otros paisajes resultado de la actividad geotermal, como géiseres y fuentes termales.
En el desierto también encontramos impresionantes lagunas turquesas y oasis naturales, donde, a pesar de la aridez, la flora se aferra a la vida, creando un contraste asombroso.
Valle de la Luna
El Valle de la Luna es una de las joyas naturales más emblemáticas del Desierto de Atacama. Situado a pocos kilómetros de San Pedro de Atacama, el Valle de la Luna destaca por su paisaje lunar surrealista.
Este lugar es conocido por la gran diversidad de formaciones geológicas que alberga. Encontramos cañones, acantilados y cuevas, formadas a partir de la incansable erosión del viento y el agua a lo largo de millones de años.
Así pues, el Valle de la Luna forma un paisaje impresionante, con dunas de arena y formaciones rocosas que se extienden hasta donde alcanza la vista. Uno de los mejores momentos para visitarlo es al atardecer, cuando los rayos de sol tiñen de dorado el valle.
Géiseres del Tatio
Los géiseres del Tatio son uno de los emblemas más destacables del Desierto de Atacama. Es un área de actividad geotérmica con más de 80 géiseres activos, uno de los campos de géiseres más grandes del mundo. Además, ubicado a unos 4300 metros sobre el nivel del mar, también es uno de los más altos del mundo.
Los géiseres crean un espectáculo natural único, especialmente al alba. Al amanecer, las altas temperaturas subterráneas contrastan con el frío del desierto, dando lugar a impresionantes columnas de vapor a presión que se elevan hacia el cielo.
Además, la zona también cuenta con numerosas piscinas termales naturales, que nos ofrecen la oportunidad de sumergirnos y disfrutar de un baño relajante mientras disfrutamos de las vistas a los impresionantes paisajes que nos rodean.
