Viaje por las aguas sagradas del río Nilo

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Navegar por las aguas sagradas del río Nilo es una de esas experiencias que debes hacer al menos una vez en la vida. Sus más de 6,600 kilómetros de longitud lo convierten en el río más largo de África y uno de los más largos del mundo.

Escenario clave en el nacimiento y el desarrollo del Antiguo Egipto, el Nilo fue una fuente inagotable de recursos y la principal vía de comunicación de la civilización egipcia, que se asentó únicamente en los últimos 1,300 kilómetros del cauce del Nilo, en los que era posible la navegación fluvial.

Templo de Karnak, Abu Simbel

Para los egipcios, el sol se ocultaba cada atardecer por occidente simbolizando la muerte, y nacía cada mañana por oriente simbolizando la vida y la resurrección. Por ello, las ciudades y aldeas se ubicaban siempre en la ribera este del Nilo; y las necrópolis y los templos funerarios, en la orilla oeste.

Un paseo en faluca es una actividad imprescindible en tu viaje a Egipto. Esta antigua embarcación egipcia, estrecha y alargada, está hecha de madera y tiene una vela que hace posible el movimiento impulsado por el aire. La faluca permite acceder a lugares donde un crucero no llega y así disfrutar de una travesía más íntima.

Hapi era la deidad que personificaba el Nilo, simbolizaba el poder benefactor y fecundante del río, aquel que contribuía a las cosechas y al verdor del valle. Era venerado por el pueblo egipcio y el faraón le entregaba ofrendas para que la crecida del río se produjera durante el período indicado y con el caudal adecuado.

Falucas en el Nilo

Templos enigmáticos a lo largo del Nilo

A lo largo del Nilo podemos encontrar importantes ciudades y templos. Luxor, la antigua Tebas, alberga dos templos imprescindibles: Luxor y Karnak, unidos por una avenida de más de dos kilómetros de longitud flanqueada por 1200 esfinges. El área de acceso hacia el templo de Karnak está flanqueada por esfinges con cuerpo de león y cabeza de carnero. El carnero era una representación de Amón, el principal dios adorado en el templo de Karnak. Cada esfinge protege, entre sus patas delanteras, una pequeña estatua de Ramsés II, el gran faraón de la edad de oro de Egipto.

Luxor y Karnak eran el hogar de las divinidades egipcias, por ello la entrada a los fieles estaba vetada. Karnak es en realidad un recinto de culto compuesto por varios templos, ya que dinastía tras dinastía, faraón tras faraón, se fueron agregando diversas partes (capillas, columnas, patios, obeliscos, estatuas…) a este monumental complejo, con el fin de destacar su origen divino y legitimar su poder ante el pueblo.

Al otro lado del río, cerca de Luxor, se encuentra el mítico Valle de los Reyes, una necrópolis donde se encuentran las tumbas de la mayoría de faraones del Reino Nuevo o Imperio Nuevo, y de algunos animales.​​ Este valle desértico es el lugar que los faraones eligieron para su eterno descanso. Alrededor de 75 tumbas pueden contabilizarse en esta necrópolis.

Templo de Karnak

La ruta hacia el sur

Si seguimos la ruta por el Nilo hacia el sur, a unos 180 kilómetros de Luxor, llegaremos a la ciudad de Aswan. Su paseo marítimo y su exótico mercado lo convierten en una zona singular y atractiva para sus visitantes. Cerca de Aswan, en una pequeña isla rodeada por las aguas del Nilo, se encuentra el Templo de Philae. Esta joya egipcia de enormes columnas que aún conservan grabados originales, está dedicada a Isis, la diosa del amor. Con la construcción de la presa de Aswan, el templo quedó sumergido bajo el agua. Fue gracias a la UNESCO que el Philae se salvó de quedar sumergido para siempre. El conjunto de templos fue desmontado piedra a piedra, trasladado y vuelto a montar en una isla cercana: Agilkia.

Ciudad de Aswan desde el Nilo

A 280 kilómetros de Aswan, encontraremos uno de los complejos arqueológicos más impresionantes legado por la civilización faraónica: Abu Simbel. Formado por dos templos: el templo mayor de Ramsés II y el dedicado a su esposa, la reina Nefertari. El Templo de Ramsés II, un auténtico símbolo de Egipto, se caracteriza por una impresionante fachada compuesta por cuatro estatuas de 20 metros de altura, talladas directamente sobre la roca. Justo al lado se encuentra el Templo de Nefertari, la esposa preferida del faraón. De menor tamaño pero similar majestuosidad, la fachada de este templo cuenta con seis figuras de pie talladas en la roca y espacios interiores detenidos en el tiempo.

Templo de Ramsés II, Abu Simbel

Definitivamente el río Nilo es un referente de la historia universal y ha sido parte fundamental de la civilización egipcia, acompañando cada momento de su desarrollo. En tu próximo viaje a Egipto, no dejes de incluir un crucero por el Nilo. Desde Luxor y el Valle de los Reyes, pasando por Aswan y Abu Simbel, el navegar por las aguas sagradas del Nilo nos hace parte de esta historia milenaria.

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